El nuevo Reglamento sobre Controles Oficiales de la Cadena Alimentaria recientemente adoptado reforzará el sistema europeo actual, estableciendo normas para prevenir, eliminar o reducir el riesgo para las personas, los animales y las plantas a lo largo de toda la cadena agroalimentaria.
Las autoridades competentes de cada Estado miembro serán las garantes de la correcta implantación de estas normas.
Los objetivos de este nuevo Reglamento son la simplificación y armonización del sistema de controles y la mejora de la transparencia y la eficacia, a la vez que dota de flexibilidad al sistema legislativo.
Para los próximos tres años será necesario desarrollar 34 actos delegados y 51 actos de ejecución, por lo que la coordinación va a ser una cuestión clave para poder abordar todo este trabajo y poder cumplir los plazos establecidos.
¿Qué beneficios traerá la implantación de este reglamento?
La implantación de este nuevo reglamento repercutirán en:
Las empresas y las autoridades: Que se beneficiarán de la reducción de las cargas administrativas, gozarán de procesos más eficientes y de controles más exhaustivos.
Los consumidores: Que se beneficiarán de una mayor transparencia en la forma en que se llevan a cabo los controles para garantizar la inocuidad de los alimentos y estándares de seguridad más elevados en materia de sanidad vegetal, salud y bienestar animal y prevención del fraude.
¿Cuáles son las principales novedades de este reglamento?
Las nuevas normas amplían el ámbito de aplicación del Reglamento anterior, para dar mayor cobertura a la Sanidad Vegetal, a las normas relativas a los subproductos animales y a la prevención del fraude. También establece normas más específicas para varias áreas ya cubiertas, como la Sanidad y el Bienestar Animal.
Otra novedad importante es que va a permitir adaptar los requisitos de control a las necesidades específicas de aplicación de cada sector.
Con este enfoque basado en el análisis de riesgos, la frecuencia de los controles estará vinculada a los riesgos que un producto o proceso presente con respecto al fraude, a la salud, a la seguridad, al bienestar de los animales y el medio ambiente. Otros factores incluidos en la evaluación del riesgo son, por ejemplo, el historial de cumplimiento del operador o la probabilidad de que los consumidores sean objeto de engaño acerca de las propiedades, la calidad, la composición o el país de procedencia del alimento.
Los controles se realizarán sin previo aviso, a menos que sea necesario.
Los controles dirigidos harán posible un mejor aprovechamiento de los recursos existentes, haciendo posible destinar recursos a áreas prioritarias. Las nuevas normas también exigen una mayor transparencia y una mayor responsabilidad de las autoridades de los Estados miembros, que estarán obligadas a publicar informes anuales y ponerlos a disposición del público.
El cálculo de las tasas de los controles oficiales se realizará de manera transparente, lo que garantizará que los Estados miembros puedan estimar una previsión de gastos.
FUENTE: Elika (http://riesgos.elika.eus/novedades-control-oficial-cadena-alimentaria/)